Condromalacia rotuliana o patelar.

¿A quien no le han dolido las rodillas después de un entrenamiento o carrera? Posiblemente a casi todos, pero esto no quiere decir que nuestras rodillas estén en grave peligro. Lo mas seguro es que hayamos entrenado mas de la cuenta, no hemos calentado lo suficiente, el terreno era demasiado duro, zapatillas inadecuadas y así un gran número de circunstancias las cuales hacen resentirse esta articulación. Pero nada que no se arregle con un poco de reposo, y no volviendo a cometer los mismos errores.
El problema es cuando ese dolor es causado por la temida condromalacia rotuliana o también conocida condromalacia patelar.

                    

¿Qué es?

Es una enfermedad caracterizada por la degeneración de la superficie del cartílago que constituye la cápsula posterior de la rótula. Produce malestar o dolor sordo alrededor o detrás de la rótula, y es un padecimiento bastante común entre adultos jóvenes. Y suele generarse a partir de una lesión aguda de la rótula o mediante la fricción crónica entre la rótula y la articulación del fémur al mover la rodilla.

No hay que confundir la condromalacia rotuliana, que corresponde a una rodilla cuya estructura ha sido dañada. Con síndrome paleo-femoral, que se refiere a los estadios iniciales de la enfermedad, en los que los síntomas pueden ser totalmente reversibles.


Sus grados:

Existen varios grados para determinar la evolución de la misma:

Grado 1. En el que existe edema y el cartílago rotuliano ya está reblandecido.
Grado 2. Fibrilación o alteración en la superficie del cartílago. Esto se ve en las artroscopias como si el cartílago "se deshilachara"
Grado 3. Fisuración, existiendo ya hendiduras que alcanzan las capas más profundas.
Grado 4. Ulceración, agravándose las hendiduras anteriores.
Grado 5. Eburnación: debido a la profundización de la ulceración se llega a afectar el hueso subcondral que tenderá a hipertrofiarse como en la artrosis.

Tratamiento:

El reposo temporal y la administración de medicamentos antiinflamatorios no esteroides, como ibuprofeno, naproxeno o aspirina, pueden ayudar a aliviar el dolor. Igualmente, la fisioterapia, especialmente el fortalecimiento del cuádriceps y el estiramiento de los tendones de la corva, puede servir.

Se debe limitar la participación en deportes y actividades extenuantes hasta que el dolor haya pasado. Igualmente, se deben evitar las actividades que incrementen el dolor en la rodilla, como las flexiones profundas de la misma.




La cirugía puede ser una opción si la alineación de la rótula no se puede corregir con terapia y, dependiendo de la naturaleza de la desalineación, la cirugía puede ser artroscópica (usando una cámara que permite hacer una incisión más pequeña) o abierta.

Mi consejo es que si se tienen molestias continuadas en las rodillas, sea en una o las dos. No hay que dudar en acudir al especialista. Porque si realmente se trata de la condromalacia rotuliana, y seguimos entrenando aún con dolor. Puede agravarse en gran medida la lesión y terminar en el peor de los casos pasando por el quirófano y apartándonos de este maravilloso mundo que es el running.