Este artículo lo voy a escribir como si fuera una vía de escape a toda la frustración que llevo dentro. Causada por la maldita periostitis tibial posterior, que me fui ganando a pulso, entrenamiento, tras entrenamiento. Hasta que el maratón de Valencia, me la agravó de tal manera, que 3 meses después, aún no estoy curado.

Durante estos 3 meses me han pasado por la cabeza un sinfín de pensamientos. Llegando a sentir verdadera indiferencia por el running. Supongo que es una especie de barrera que he creado. Ya que si no puedo correr, para que seguir martirizándome. Como se suele decir “matado el perro, se acabó la rabia”.




Pero solo es necesario salir a dar una vuelta, para encontrarme con algún corredor. Haciendo su entrenamiento diario. Para que ese gusanillo, vuelva a hacer de las suyas y quiera llegar a casa, cambiarme de ropa y salir a correr. Correr sin más, hacer lo que me gusta. Sin molestias ni preocupaciones.



Pero eso aún tardará un tiempo. Por ahora solo he salido 2 veces a correr desde que me lesioné. Una fue a mediados de enero y fueron cerca de 6 kilómetros. Salí ya con molestias, pero las ganas eran más fuertes que la sensatez. Hice el entrenamiento y al llegar a casa, uff ¡¡. Atrasé como dos semanas de recuperación.

Recuperación que consiste en la aplicar hielo en la zona, crema antiinflamatoria, masaje, vendaje compresivo y reposo. Todo esto me lo hago yo en casa, sin acudir a un especialista ni fisioterapeuta.

La cosa avanzaba lento pero avanzaba. Por lo que el día 29/01/2012 acudí al XIV Trofeo Galápagos del Circuito CRM en Valencia. Me sentía mucho mejor, pero era consciente que la recuperación no era total. Me puse las medias Compressport que me habían regalado por navidad y con la mentalidad de no forzar mucho tomé la salida.

No tuve problemas para no forzar, pues en el tiempo de inactividad, unos 2 meses y medio. Pasé de correr a 3’56’/km a hacerlo a 4’32’’/km. Es increíble lo que hace el no entrenar. Se pierde la forma súper rápido.

Pero lo que verdaderamente me importaba en esa carrera no era el tiempo. Era la lesión. A ver como se había portado. Y bueno, como era de preveer volví a recaer. No mucho, pero si volvió a inflamarse la zona y a volver los dolores al caminar.

El 15 de febrero, cansado de la lesión. Decidí acudir al médico de cabecera para comentarle el caso. Suponiendo que su tratamiento seria: Te duele al correr, pues no corras. Pero cual fue mi sorpresa cuando delante de mí, cogió el teléfono y habló con el fisioterapeuta del ambulatorio. Ese mismo día me dio cita para tratarme.

Hoy 17 de febrero, llevo 2 sesiones en las cuales me da ultrasonidos. A parte me dijo que todos los días pusiera el pie dentro de un cubo lleno de agua fría con hielo (dolor extremo xD).

Por ahora no se si este tratamiento me curará por completo, pero al menos ahora no me duele ni siquiera al saltar a la pata coja. Lo malo es que sigo teniendo inflamación, pero supongo que irá disminuyendo.

El 26 de febrero, hay otra carrera del circuito CRM. Voy a ir a ver sensaciones y espero que esta vez al terminar no sienta que he vuelto a atrasar.

Desde aquí quiero dar ánimos a todos los corredores que como yo, sufrimos de periostitis. Es una lesión muy molesta que seguro ha terminado por destruir las ilusiones de muchos corredores para siempre. Mi consejo es que no hay mal que dure 100 años y que con tesón, esfuerzo y paciencia, todo se cura. Así que a luchar y no perder la esperanza, VAMOOOS ¡¡¡
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