29ª Volta a peu l´Eliana 2011

Clasificación general aquí.
Reportaje fotográfico de "lasprovincias.es" aquí.




Hoy he asistido a la 29ª Volta a peu l´Eliana 2011. Una carrera que pertenece al V circuito del Camp del Turia. Y sinceramente nunca había corrido en ninguna de las anteriores ediciones. Pero he quedado enamorado, una organización estupenda, un circuito fantástico y encima gratis. ¿Se puede pedir algo más? Pues si, una camiseta técnica conmemorativa de la marca 42k, para los 1400 primeros.

Al llegar, que eran mas o menos las 18:20 estaban haciendo las pruebas de benjamín, alevín e infantil. Una gran asistencia entre los pequeños, se nota que esto del running también les gusta a ellos. Entre prueba y prueba fue pasando el tiempo.


Sobre las 20:00 a 45 minutos del inicio de la prueba, me di una vueltecita a la pista de atletismo para calentar y al rato me llamó Pedro (el columnista) que ya había llegado. Juntos estuvimos calentando con un trote ligero mientras hablábamos de todo un poco.

Y como siempre cuando ya hemos cogido temperatura hacemos algunas progresiones para acelerar el corazón. Es ahí cuando vemos a  Javi, un amigo que tampoco se pierde una carrera. Juntos los tres terminamos el calentamiento y a 5 minutos del comienzo de la prueba nos vamos posicionando dentro del pelotón. Donde 2380 corredores se agrupan nerviosos por empezar ya a correr.

Después de algunos problemas para que la primera línea de corredores se situara detrás del arco de salina (cosa que no se pudo conseguir), se escucha el pistoletazo de salida. El grupo se empieza a mover y se escucha a la derecha a escasos 30 metros, un castillo de fuegos artificiales. Ya no hay vuelta atrás, esto ha empezado.

Por descuido, al salir de casa se me olvidó el reloj. Tenía pensado hacer el kilómetro a 4’20’’, eso sale a 37’16’’ la carrera. Pero sin ayuda del cronometro, no podré saber el ritmo que llevo al paso por las señales de los kilómetros.  Así que decido guiarme por sensaciones. Creo que me conozco bien y no habrá ningún problema.

El pelotón se empieza a estirar, el comienzo es de bajada. Voy a buen ritmo e intento no apretar más de la cuenta, son 8600 metros y no conozco el recorrido. Puede haber sorpresas.

El kilómetro 2 es el primero que veo, no voy mal. Sigo con el ritmo previsto, voy ganando posiciones. Eso me anima a seguir así, voy cómodo, alguna subida, pero nada especial.

Kilómetro 5. A estas alturas ya no adelanto a casi nadie, estoy en el punto en que todos los corredores vamos al mismo ritmo. Hace cosa de 1 km que hubo avituallamiento, una botella de agua, de la cual bebí un par de tragos. El circuito es mas duro de lo que me imaginaba. Sabía que la Eliana tenía subidas, pero parece que las han cogido todas. Dosifico fuerzas, aún no es momento de apretar, queda carrera para rato.

Kilómetro 7. Pasamos por las calles de la Eliana y la gente anima, algunos de pie y otros sentados en terrazas, cenando sepia, gambas, calamares, bravas, cerveza. Como se están poniendo, jajaja.  Algunos corredores empiezan a aumentar el ritmo, yo no. Se que el kilómetro 8 es de subida pues tengo el coche ahí aparcado y las fuerzas las noto algo justas. Decido conservarlas sacrificando algunas posiciones.

Kilómetro 8. Hace cosa de 500 metros que ya he aumentado algo el ritmo. Pero ahora es cuando ya lo empiezo a dar todo. Quedan 600 metros y esto se acaba. Subo la última cuesta apretando los dientes y después de una girada a la izquierda, bajada a tope y entramos en las pistas de atletismo. 150 metros que me sirven para arañar 2 o 3 puestos y cruzo el arco de llegada. 39’20’’, supongo que el tiempo real será algo menor, pero haciendo cálculos mentales no he podido hacer el km a 4’20’’, casi pero no.

Casi sin aliento miro a la derecha y veo a mi familia al completo. Han venido todos a verme. Me paro y saludo con los dos brazos en alto. Me encanta llegar a meta y verlos ahí, gritando mi nombre. Se me ponen los pelos como escarpias.

Recobrando el aliento me dirijo a recoger mi camiseta, una bolsa que lleva agua y una manzana y un bote de aquarius. Mientras me dirijo a donde está mi familia pienso en la sensación de correr. Esa sensación de sentirse vivo, darlo todo en la carrera y cruzar la meta, contento sin importar en que posición lo haces. Simplemente llegar es ganar.